sábado, 27 de marzo de 2010

Love... I hate you!

Amor, no nos engañemos más, tú y yo nos odiamos, es algo recíproco, algo innato.

No podemos evitarlo, es un odio irracional, simplemente, no estamos hechos el uno para el otro.

Porque tú siempre me abandonas cuando empiezo a creer en ti, y es entonces cuando el odio y la tristeza vienen a acunarme y consolarme.

Son ellos dos quienes están junto a mí las noches que no paro de llorar, es obvio, ¿no?, ellos son mi verdadero amor, no tú.

Así que hazme un favor y no jueges más conmigo, no quieras hacerme creer que ya nos llevamos bien y después me dejes como siempre, llorando por tu culpa, mientras tú te marchas riendo.

No, no voy a caer más, no voy a creer en ti, porque está claro, tú y yo, no podemos estar en la misma frase.


Amor, te odio.








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Obviamente, no odio a nadie, el amor y el odio son sentimientos demasiado fuertes, y nadie es lo suficientemente importante para merecerse, ni mi amor, ni mi odio.

Quería aclararlo.

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